Relatoría del taller ‘Cómo cubrir la sostenibilidad en las organizaciones’
19 de Diciembre de 2023

Relatoría del taller ‘Cómo cubrir la sostenibilidad en las organizaciones’

Reflexiones, consejos y herramientas para profundizar y hacer más atractivo el cubrimiento periodístico de la sostenibilidad en las compañías, lejos de los intereses comerciales y “lavados de cara” a las empresas, en el marco del espacio liderado por Luis Miguel González, director editorial del diario El Economista.
Foto: Pixabay-geralt
Maria Camila Ramírez

Cubrir los temas empresariales relacionados con la sostenibilidad implica importantes retos para los periodistas. Los más relevantes tienen que ver con captar la atención del público y mantener la información periodística al margen del discurso de las compañías. Probablemente ninguna rama del periodismo tiene tan alto riesgo de contagio de intereses comerciales o mercadotecnia como el económico, de acuerdo con Luis Miguel González, director editorial del diario El Economista, de México.

Con el fin de adquirir nuevas herramientas para alimentar el cubrimiento de la sostenibilidad en las organizaciones se realizó el taller virtual ‘Cómo cubrir la sostenibilidad en las organizaciones’, entre el 22 de noviembre y el 1 de diciembre de 2023. El maestro Luis Miguel González estuvo a cargo de los contenidos y recibió el apoyo de dos expertos invitados: José María Elola y Matías Cajiao, gerente y socio de Management Solutions, respectivamente. En este espacio participaron 14 periodistas y editores colombianos que cubren economía y empresas, tanto a nivel local como nacional e internacional.

El taller fue organizado por la Fundación Gabo, en alianza con el Grupo Sura. Durante las cuatro sesiones se abordaron los prejuicios de los periodistas al cubrir las empresas, herramientas para conocer la sostenibilidad vista por las compañías, algunos consejos para encontrar y publicar temas que sean de interés para los lectores que fue producto de la construcción colectiva de los participantes; además, de unas reflexiones y recomendaciones finales del maestro González no solo para el cubrimiento de la sostenibilidad empresarial sino también de la fuente.

Un acercamiento a la sostenibilidad y a las empresas

Lo primero que se debe tener claro para realizar un adecuado cubrimiento de la sostenibilidad empresarial es entender que este concepto hace referencia a la excelencia en el desempeño de la compañía. Eso incluye lo social, ambiental y económico. Y se diferencia de la sustentabilidad (tiene que ver con el medioambiente) por su integralidad.

Un insumo para el cubrimiento pueden ser los reportes de sustentabilidad. La Iniciativa de Reporte Global (Global Reporting Initiative), una organización sin fines de lucro que impulsa a todo tipo de organizaciones a realizar los reportes, utiliza estos estándares de información:

  • Claridad.
  • Precisión.
  • Confiabilidad.
  • Comparabilidad.
  • Periodicidad que haga posible la comparación en diferentes intervalos.

Además, “el periodismo económico no solo tiene que ver con cosas ortodoxamente definidas como económicas, hay muchos temas de los que hay que ocuparse que o que entran dentro de la definición de económico: todo lo que está en juego para que una economía funcione, como sucedió en la pandemia con el tema de la salud”, destacó Luis Miguel González.

Por ello, considera que es muy amplio el campo de temas que se puede abarcar con dicha fuente y es una oportunidad de tener muchas más preguntas que hacerles no solo a las compañías, sino también a funcionarios de gobierno que tome decisiones sobre estas.

Para mejorar el acercamiento de los periodistas a la información se debe tener claro cuáles son los prejuicios que se tienen para combatirlos. Los dos extremos, que detecta González, son creer que todo lo que viene de la empresa es negativo o que hay que desconfiar y, el otro polo es pensar que si lo dice la empresa es positivo y hay que creer que es cierto.

Más allá del prejuicio, es necesario que al cubrir la sostenibilidad y sustentabilidad se tenga cuidado de no ser cómplices del “lavado de cara” y las relaciones públicas de las organizaciones, en lugar de hacer periodismo. Esto va más allá de las empresas: incluye también a las ONG y a los consumidores porque hay menos conciencia de que también se les debe realizar un chequeo y no dar la información por verdadera. 

Es igualmente relevante contrastar y verificar ambas fuentes porque no necesariamente están contando el panorama completo. Para complementar la información de lo que no se muestra hay que recorrer más camino. Hasta en los cuentos de hadas hay momentos de conflictos que se tienen que resolver, eso es lo que lo vuelve atractivo para el lector.

Consejos para atrapar al lector cuando se habla de sostenibilidad empresarial

La primera idea que se debe desmontar sobre el cubrimiento a las organizaciones es que la información no les importa a las personas. González retó a los periodistas a que demostraran que hay una noticia que no le importa a nadie. “Yo les diría que lo que no les importa son las preguntas que estamos haciendo, no la información que ahí está”, aseguró.

El reto es encontrar la manera de que las historias estén llenas de datos, sean precisas y al mismo tiempo no se desconecten con el periodismo narrativo y atrapen a la audiencia. Para lograrlo, surgieron 10 recomendaciones en medio del trabajo colaborativo realizado por los participantes del taller durante la primera sesión:

  1. No dar datos sueltos: no se debe dar por hecho que a la gente le interesan tanto los números. Las cifras deben estar unidas a las historias. Por ejemplo, en el cubrimiento de la llegada de Elon Musk a Twitter hay una mezcla de cosas que hacen interesante a la historia: es uno de los hombres más ricos del mundo, el campo de batalla es una red social que es usada por cientos de millones de personas, hay decisiones que afectan el funcionamiento de la red y hay información de contexto.    
  2. Aportar contexto: no hay ninguna información que no pueda dialogar con otras que ya tenemos. Dar contexto puede hacer interesante el hecho económico y ayuda compararlo con lo sucedido en otras empresas o dentro del mercado. Pensar en las piezas del rompecabezas que están afuera de la empresa y complementan la historia.
  3. Conectar con la audiencia: las preguntas del periodismo son el qué, cómo, cuándo, dónde y por qué, pero el lector nos va a decir: “¿a mí qué me importa esto? No me des más detalles si no puedes demostrarme qué tiene que ver conmigo”. Para ello hay que garantizar que la historia tenga puntos de contacto con las preocupaciones y la vida de las personas desde su experiencia (como usuarios o consumidores, por ejemplo).   
  4. Saber qué se ignora: la ignorancia es de las mejores herramientas. Hay que saber qué es lo que no se sabe del tema que se cubre. Es relevante tener muy claro el tamaño de la ignorancia para hacer preguntas relevantes. Si conocemos mucho de un punto de vista, debemos poder identificar lo que necesitamos saber de la contraparte. Aunque no lo pongamos delante del público, se debe conocer lo que nos falta por saber; así también podemos evitar editorializar la información que estamos presentando.   
  5. Abarcar el conflicto: la noticia tiene mucho que ver con la idea de conflicto. ¿Cómo hacemos para contar mejor esos conflictos? Normalmente tienen protagonista, antagonista, desenlace… Invariablemente, el periodismo económico tiene que ver con asuntos fascinantes como la construcción y destrucción de un imperio o riqueza. Cuando lo ponemos en la perspectiva de sostenibilidad tenemos un elemento adicional: cómo los conflictos al interior de la empresa le suman o restan valor. Es una realidad que nos autocensuramos. Con frecuencia no llegamos al punto del conflicto y no exploramos el límite, sino que nos quedamos antes.   
  6. Hacer las preguntas adecuadas: lo más importante en nuestro trabajo es traducir las necesidades de información del público y convertirlas en preguntas concretas para las empresas. No es que la información de las compañías no sea relevante; lo que pasa es que no estamos sabiendo encontrar la pregunta que conecte con lo que les interesa a las personas.   
  7. Seducir con detalles: hay elementos que pueden añadir valor a la historia como la foto, perfil o descripción del implicado para que el lector pueda referenciarlo.   
  8. A modo de chisme: se le puede vender la información a las personas pensando en el interés de un público no especializado. Para ello, piense en contárselo a un familiar o amigo para engancharlo. Puede ser con historias, curiosidades o describiendo escenarios sin perder el rigor.   
  9. Menos es más: utilizar un lenguaje sencillo y más cercano para el público puede ser llamativo, mientras no se caiga en la imprecisión. Darle la vuelta al lenguaje técnico con ejemplos equivalentes, en la medida de lo posible.   
  10. Aprovechar la fuente: hay una relación de colaboración con las fuentes y se les puede pedir ayuda. Es válido decirles que ajusten la información que nos quieren entregar para que sea más atractiva, interesante y relevante para los ciudadanos. Siempre la audiencia debe estar en el centro de la negociación con la fuente. El gran reto es usar esa cercanía con las empresas a nuestro favor.

Pasar de lo abstracto a lo concreto

Los periodistas económicos deben tener la capacidad de pasar de algo que suena muy abstracto a algo concreto y cercano. Para ello se puede partir de los indicadores de las diferentes huellas que dejan las empresas y su impacto en el ambiente y la sociedad.

“Usar los datos y convertirlos en preguntas interesantes se puede volver en un material para nuestro trabajo. Una pregunta puede ser si lo que está haciendo la empresa está por debajo o por encima de lo que pide la ley”, explicó González. Aunque advirtió que no siempre lo que establece la normativa es adecuado, pues hay leyes que están desactualizadas. Por eso, es necesario conocer las normativas, para contrastar la realidad y evitar la vulnerabilidad a la manipulación. 

  • Huella de carbono: es una medición que busca cuantificar la cantidad de emisiones de CO2 (dióxido de carbono) equivalente, que son liberadas a la atmósfera debido a las actividades humanas o económicas. Se puede partir del indicador para conocer el impacto real de las políticas de las empresas y compararlo en el tiempo y con otras compañías o estándares internacionales.
  • Huella hídrica: es un indicador que mide el volumen de agua (litros o metros cúbicos) usado en la cadena de producción o fabricación de un bien o servicio. Por ejemplo, para producir un kilo de carne de vaca se necesitan 15.400 litros de agua, para producir un kilo de fruta se necesitan 960 litros de agua. Más allá del dato, en las discusiones de comercio internacional una de las mayores presiones para los países exportadores de alimentos es que reduzcan su huella hídrica.
  • Huella social: es el impacto que tiene la actividad de una empresa en la comunidad. Cuando una empresa anuncia un proyecto, el interés está en el dinero que va a invertir y en los empleos que va a generar. Pero, después no se hace la revisión de si efectivamente se crearon los empleos, de qué calidad o los proveedores locales que tiene, todo ello hace parte de la huella social.     
  • Estas son algunas recomendaciones para el cubrimiento de este indicador:
  • Buscar datos que sean comparables en la comunidad como los salarios y empleos.
  • Contrastar la información de la empresa con los líderes de las comunidades.
  • Revisar el contexto histórico del territorio.
  • Evaluar si la empresa está compensando el impacto negativo que genera o paga a la comunidad para evitar hacer lo que le corresponde. 
  • Buscar cómo poner en proporción la cifra que entrega un documento.
  • Servir como un espejo que contraste los prejuicios de la audiencia con la realidad.

Cuando se habla de sostenibilidad es importante detectar si la empresa está actuando correctamente en lo ambiental y social o si está compensando con relaciones públicas lo que no quiere hacer porque implica para ella inversiones enormes.

Doble materialidad: una herramienta para la sostenibilidad

Otro recurso para darle forma al cubrimiento de la sostenibilidad en las empresas es el estudio de la doble materialidad. Se trata de una metodología que ayuda a aterrizar estos temas en apuestas concretas que pueden realizar las compañías y su objetivo es priorizar las iniciativas del plan de sostenibilidad (y plan estratégico) de las empresas para determinar cuáles son sus frentes más relevantes y concentrar allí sus esfuerzos.

Conocer esta tendencia y la forma en que los temas materiales se integran a la cadena de valor de las compañías, permite entender la relación de las políticas organizacionales con la regulación de los países, que se encuentran en un proceso de constante evolución. 

“El estudio de doble materialidad es un buen mapa de cómo las empresas se ven a sí mismas. Los análisis de riesgo que hacen ellas son una especie de propuestas de temas a cubrir sobre las compañías”, reconoció Luis Miguel González. Aunque las compañías no se van a abrir con los periodistas como lo harían con sus consultores, ayuda a tener una guía para realizar el cubrimiento y la reportería de estos temas.

La presentación de este contenido se realizó durante la tercera sesión del taller virtual ‘Cómo cubrir la sostenibilidad en las organizaciones’. Estuvo a cargo de dos expertos invitados: José María Elola y Matías Cajiao, gerente y socio de Management Solutions, respectivamente.

¿Qué es la doble materialidad?

Según la European Financial Reporting Advisory Group (EFRAG), es “la unión (…) de la materialidad de impacto y la materialidad financiera”. La primera hace referencia a las actividades de la compañía en el entorno y cómo afectan a sus grupos de interés, es decir, de la empresa hacia afuera; y la segunda tiene que ver con los riesgos asociados a las actividades de la compañía sobre ella misma. Se obtiene estimando la probabilidad o frecuencia e impacto que los distintos temas materiales de sostenibilidad que puede tener en la empresa.

Ambos ejes deben ser cruzados y el resultado debe ser una serie de temas en los que la compañía deberá hacer un especial enfoque. Ante esto, agrega la definición de la EFRAG, “un tema de sostenibilidad cumple los criterios de doble materialidad si es material desde la perspectiva del impacto o desde la perspectiva financiera o desde ambas perspectivas”.

Por tanto, para determinar qué es material en sostenibilidad se establece una metodología que nace del GRI (Global Reporting Initiative) en 2021 y se sofisticó con EFRAG-ESRS, que es la obligación de reporte de la doble materialidad europea. La introducción de esta visión permite combinar los efectos derivados de la actividad de la compañía no solo a nivel interno, sino también desde el punto de vista de sus grupos de interés contribuyendo a mejorar la toma de decisiones.

Contexto y tendencias 

En el ámbito de la sostenibilidad empresarial, la ESG (por sus siglas en inglés, Environmental, Social, and Governance) o ASG (ambiental, social y gobierno corporativo en español) está ganando cada vez más relevancia. Matías Cajiao, socio de Management Solutions, señala que las empresas comprometidas con la sostenibilidad están avanzando en diversos frentes en estos aspectos fundamentales:

  1. Alta dirección: cada vez hay más interés en la formación ESG, buscan capacitación constante y está la necesidad de asegurar conocimientos en su Junta Directiva porque las decisiones que deben tomar tienen que ver con la sostenibilidad.
  2. Organización: la mayoría de las empresas, en su estructura organizativa, ya tienen un responsable de sostenibilidad, pero no hay una homogeneidad sobre dónde ubicar la función. Algunas están en áreas de negocio, finanzas, riesgos, recursos humanos y comunicación. En otros casos es un área independiente que se vincula al CEO. Todo tiene sus pros y contras, nace en el área que más se necesita y con el tiempo puede evolucionar a ser un área aparte en las compañías.
  3. Personal: hay una tendencia en la contratación de personas con formación en ESG y de empleados de la empresa que se capacitan en el tema.
  4. Integración: la sostenibilidad se integra a la cadena de valor en las inversiones. Las empresas están empezando a gestionar su cartera y contrataciones con proveedores teniendo en cuenta los criterios ESG.
  5. Inversiones: es una de las áreas de mayor integración.
  6. Compromisos: cada vez hay un aumento de las compañías a los organismos y estándares en los compromisos ya establecidos, como el de reducción de huella de carbono. 
  7. Impacto financiero: todavía está muy centrado en la cartera de inversiones, falta trabajar en las mediciones del impacto financiero porque son muy cualitativas y se requieren escenarios más concretos y detallados en lo cuantitativo.
  8. Transparencia: cada vez más empresas exigen la transparencia a través de la medición ESG, muchos se basan en los compromisos. Cada vez hay más transparencia en materia de sostenibilidad y hay muchos estándares.
  9. Regulación: la normativa y regulación se está enfocando en los reportes de sostenibilidad, junto con sus estados financieros. Además, hay directrices, por parte de los reguladores, en este sentido.
  10. Oportunidades: tienen que ver con nuevos productos que identifican las compañías y todo lo que tiene que ver con el uso de materiales más sostenibles. 

A veces las empresas tienen muchas iniciativas valiosas relacionadas con diferentes aspectos (voluntariados, eficiencia energética, cumplimiento, gobierno), pero se hace de forma desordenada, sin un rumbo ni objetivo concreto. Allí es donde la doble materialidad ayuda a establecer un horizonte al que llegar. La doble materialidad nos da un orden para enfocar los esfuerzos en temas que son materiales para la compañía y su entorno porque al final los recursos son limitados. 

¿Para qué sirve el estudio de la doble materialidad?

El estudio tiene diferentes usos como la toma de decisiones sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relevantes, la priorización de las iniciativas del Plan de Sostenibilidad (y del plan estratégico) y para la determinación de los temas materiales a reportar.

Objetivos del análisis:

  1. Capturar las preocupaciones de los grupos de interés con relación a temas ESG.
  2. Ayudar en la toma de decisiones estratégicas de la empresa. La matriz permite conocer los temas ESG más críticos tanto para la organización como para los grupos de interés.
  3. Identificar cómo impacta cada tema material del análisis de materialidad a los ODS.
  4. Identificar los temas materiales a reportar acorde con lo establecido en los nuevos requerimientos de la regulación europea.

Visión general del estudio de doble materialidad

Son tres los pilares del análisis de doble materialidad: grupos de interés, canales de escucha y temas relevantes. A partir de estos elementos se realiza la matriz se obtienen los resultados que acentúan los frentes, en materia de sostenibilidad, en los que se deberá centrar la empresa.

  • Grupos de interés: se parte de los establecidos por la compañía y se deben definir cuáles son más relevantes y priorizarlos. Algunos ejemplos de categorías son: accionistas, personas de la organización, proveedores y socios, clientes, sociedad, medios de comunicación, entre otros.
  • Temas relevantes: son aquellos a canalizar en materialidad de impacto y financiera. Se han identificado cuatro niveles para definirlos: dimensiones (como el medioambiente), asuntos (como el capital natural), temas (como la calidad del aire) e impactos. Estos se suelen clasificar en ambientales, sociales y de gobierno.
  • Canales de escucha: sirven para determinar la materialidad de impacto, según los grupos de interés (de acuerdo con su jerarquización) respecto a los temas relevantes.

Una vez sea claro lo anterior, se medirán la materialidad de impacto y financiera. La primera otorga un puntaje a los temas relevantes, según los grupos de interés. El objetivo es captar la relevancia que se les da a cada asunto. Mientras que la materialidad financiera analiza los impactos y oportunidades de la materialidad de impacto, para evaluar lo positivo (que genera ingresos) y negativo (que representan gastos). Se deben priorizar los impactos, con base en su efecto en los flujos de caja de la compañía.

Los resultados de lo anterior es una mezcla de ambas materialidades para crear la matriz e integrarla en el plan de sostenibilidad. Estos son algunos ejemplos de tipologías de asuntos materiales, según cada categoría:

  1. Medio ambiente: adaptación al cambio climático, ecoeficiencia energética, protección de la biodiversidad, Economía circular y gestión de recursos.
  2. Social: diversidad e inclusión, salud y bienestar de los empleados, contribución económica en la sociedad, colaboración con comunidades y protección a los clientes.
  3. Gobierno: buen gobierno y cumplimiento, ciberseguridad y privacidad, innovación y digitalización.
  4. Negocio Sostenible: productos y servicios sostenibles, inclusión financiera, inversiones sostenibles.

Por ejemplo, en un banco las tipologías más relevantes pueden ser: gobierno corporativo y gestión adecuada de los riesgos, crecimiento inclusivo, salud financiera y asesoramiento personalizado de los clientes, así como el cambio climático. Conocer las tipologías relevantes para un sector o compañía ayuda a seguirle la pista y darle dimensión a la relevancia que tengan sus iniciativas y avances en materia de sostenibilidad.

Integrar el estudio de doble materialidad a la cadena de valor

Las compañías deben garantizar que la sostenibilidad se integra en toda la cadena de valor y que no se gestiona como un área aislada. No solo se trata de crear nuevos productos o servicios sino también que la forma de vender incentivos a los clientes a ir de acuerdo con la sostenibilidad que busca la empresa. 

Además, debe implicar también a los proveedores para evaluarlos mediante criterios de sostenibilidad para cada ámbito y definir si se tiene una relación comercial o no con aquellas empresas.

Recomendaciones y reflexiones finales de Luis Miguel González  para cubrir las empresas

  1. Sumar diversidad en las fuentes: una preocupación es que la información se quede encerrada en la burbuja que ofrecen las compañías. Es bien sabido que los contenidos deben tener más de una fuente cuando se publican, pero esto no basta. La información debe provenir de diferentes lugares.
  2. Rastrear la ignorancia: cuando se abordan temas técnicos, vale la pena hacer un mapeo de la propia ignorancia. Esto permitirá buscar una fuente que ayude a entender el tema desde fuera de la empresa.
  3. Buscar una experticia: “lo que es una especie de seguro de trabajo es desarrollar dos experticias. Una tiene que ver con el periodismo y usar mejor esas herramientas de trabajo y la otra sobre elegir un campo de especialidad en el que se puedan convertir en una autoridad del tema. Hay que aprovechar la dificultad técnica de un tema a nuestro favor”.
  4. Todo comunica: a pesar del hermetismo de las empresas, todos los días están enviando señales y comunicándose, a pesar de sí mismas. Con frecuencia son asuntos irrelevantes, pero otras veces son el principio de una muy buena historia.
  5. Aprovechar las discusiones de redes sociales: muchas veces lo que abre la conversación en torno a las empresas surge de redes sociales: pueden ser quejas de productos o servicios, del trato que se les da a los empleados y demás. Como periodistas, el consejo es que se genere valor agregado cuando esto se da. “El estudio de doble materialidad muestra que somos un grupo de interés para las empresas. Vale preguntarse cuál es el papel que queremos cumplir”.
  6. Dar profundidad: uno de los enemigos en la cobertura es la superficialidad. ¿Cómo mostrar que detrás de una información hay un periodista profesional y no un aficionado que está al nivel de un comentario en redes sociales? No es obligatorio que los periodistas sean expertos en todos los temas, pero sí con algunos para transmitir la curiosidad y dominio del asunto.
  7. Encadenar el cubrimiento: para González lo que define a los periodistas son sus pasiones, la capacidad de casarse con un tema por un tiempo mayor al ciclo de 24 horas. Por eso los temas pueden desarrollarse encadenados entre sí, con varias entregas, porque si la nota vale la pena no se va a agotar en una sola publicación. Al principio las notas traen la frescura del acercamiento al tema y con el tiempo se gana la experticia, lo ideal es conservar ambos elementos en los productos. Esto también dependerá del tema en el que el medio quiera ser autoridad.
  8. Ver todo el ecosistema: los periodistas, cuando abordan temáticas de sustentabilidad, pueden perder de vista que la unidad con la que se tiene que trabajar es el ecosistema. Las compañías trabajan en una comunidad e interactúan con una geografía física y humana, de esa interacción salen muchísimas preguntas periodísticas.
  9. Verificar y desmentir: desde el periodismo se puede ser testigo y también verificador de información, especialmente la oficial. Aun así, con frecuencia hay información sin verificar que se deja pasar. “La mala noticia es que nos mienten mucho, pero la buena es que cada mentira es la oportunidad para una buena historia periodística”.
  10. Consultar los informes: las empresas deben enviar información periódicamente a las bolsas de valores. Si la información es incorrecta, se cometería un delito; por eso no pueden mentir. Además, con frecuencia dejan ver datos inadvertidos, riesgos en operaciones y demás, a los que se les puede sacar provecho.
  11. Superar la miopía centralista: si el hecho no ocurre en la capital del país o en la segunda ciudad, debe tener una escala mayor para que se cubra o, de alguna manera, que la información rebote en los mercados financieros. Hay que superar la miopía de las ciudades grandes y ser consciente de que hay información local y nacional, pero que sea regional no significa dejar de cubrirla. El problema con el centralismo es que se ignore el tema, pero lo más grave es cuando se tergiversa o se aborda como si solo fuera pintoresco o estereotípico.
  12. Regresar tras el paso del tiempo: muchas veces el mejor momento para reportear un hecho es después de que ocurre. Hay que hacerle seguimiento a los anuncios, riesgos y novedades que presentan las compañías. Probablemente muchos de los actores que al principio eran herméticos o no querían hablar, luego estarán preparados para contar su versión. Son temas que pueden mostrar que hay muchas lecciones que la sociedad no ha aprendido o que un hecho no ha terminado.

Sobre Luis Miguel González 

Es director editorial del diario El Economista, de México, desde 2009. Se licenció en Economía de la Universidad de Guadalajara. Estudió el Máster de Periodismo en El País, en la Universidad Autónoma de Madrid en 1994, y una especialización en periodismo económico en la Universidad de Columbia en Nueva York. Ha sido reportero, editor de negocios y director editorial del diario Público de Guadalajara, y ha trabajado en los periódicos Siglo 21 y Milenio. 

Se ha especializado en periodismo económico y en periodismo de investigación. Ha realizado estancias profesionales en Cinco Días de Madrid y San Antonio Express News, de San Antonio, Texas. Escribe artículos de opinión sobre temas económicos en los diarios del grupo Milenio. Conduce Reunión de Consejo, un foro radiofónico sobre temas de economía y negocios. Es fundador de la Red Iberoamericana de Periódicos Económicos (RIPE), que une a ocho de los periódicos económicos más importantes de América Latina.

Sobre los expertos invitados

Matías Cajiao es socio de Management Solutios con más de 20 años de experiencia especializado en entidades de seguros y financieras. Actualmente, lidera numerosos proyectos de Sostenibilidad en Europa y Latinoamérica con un equipo de más de 120 personas. 

José María Elola se desempeña como gerente de Management Solutios con más de 10 años de experiencia especializado en la práctica de sostenibilidad y con una visión cross-indutria. Actualmente se encuentra trabajando en diversos proyectos en Europa y Latinoamérica. También posee un Máster de Medición y Gestión del Impacto Social por la Universidad Pontificia Comillas.

Sobre el taller ‘Cómo cubrir la sostenibilidad en las organizaciones’

El taller es organizado por la Fundación Gabo, en alianza con el Grupo Sura. Se realiza durante cuatro sesiones entre el 22 de noviembre y el 1 de diciembre, bajo la modalidad virtual, con 18 participantes entre periodistas y editores económicos.

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